DGCyE
EES N°49 – Morón
2°D – Turno Tarde
HISTORIA
Prof. Juan Esteban Zanelli
Continuidad
Pedagógica
Mayo 2020 (Plan de Contingencia por
COVID-19)
Trabajo Práctico N°12
Teniendo en cuenta que nos
encontramos en el año belgraniano y que la semana pasada se celebró la
Revolución de Mayo, lee el texto que se encuentra debajo de la actividad, reflexiona y responde:
1) ¿Cuál
fue la participación de Manuel Belgrano dentro de los episodios históricos
ocurridos en Buenos Aires desde 1806 en adelante?
2) Manuel
Belgrano tenía una particular visión sobre los hombres y mujeres comunes: ¿Por
qué y qué lo hacía tan diferente de los patriotas de esa época?
3) ¿Belgrano
realmente apoyaba nuestra independencia en 1810? Justifique la respuesta.
4) ¿Hubo
mujeres destacadas por Manuel Belgrano en las guerras independentistas?
¿Quiénes fueron y qué rol cumplieron?
A 200 años de la muerte del General don Manuel Belgrano
AÑO BELGRANIANO
Las caras
invisibles o poco vistas de Belgrano
(Dossier)
El 3 de junio de 1770, en Buenos
Aires, nacía Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, nosotros lo
conocemos simplemente como Manuel Belgrano. En ese entonces donde vivimos
pertenecía al Virreinato del Alto Perú porque el Virreinato del Río de la Plata
no se crearía hasta 1776.
Esas eran épocas muy diferentes a
las que vivimos hoy en día en casi absolutamente todo lo que podamos pensar,
desde los roles sociales, las costumbres, la higiene, la madurez de la edad, la
manera de estudiar, las formas de gobierno, etc. En el caso de Manuel, nacido
dentro de una familia adinerada y acomodada, estudió sin inconvenientes (no
todos podían hacerlo ya que la escuela de cualquier nivel era paga y costosa),
recibiéndose a los 16 años de edad en el Colegio San Carlos (hoy es el Colegio
Nacional de Buenos Aires) de Bachiller en filosofía y, como se acostumbraba en
ese entonces y que seguiría haciéndose hasta fines del siglo XIX, realizó un
viaje por toda Europa. Pero el joven Manuel Belgrano logró ingresar y estudiar
Derecho en las Universidades de Salamanca y de Valladolid, recibiéndose de
Abogado (para principios del 1800, él era el único abogado recibido en una
universidad europea, los demás lo habían hecho en la Universidad de Chuquisaca,
hoy Bolivia o en la de Córdoba).
Pero el joven Manuel era inquieto y
sobresaliente en sus estudios, por lo que ganó una gracia del Papa de la Iglesia
Católica de ese entonces, el permiso para leer libros que se encontraban
“prohibidos” por esa institución al considerarlos heréticos*. Leyó a diversos
autores como Adam Smith y la doctrina mercantilista entre otros tantos que le
permitieron realizar un estudio superior y publicar un libro casi desconocido y
revolucionario en sus conceptos sobre Política Económica.
Y sería bueno frenar en este momento
para lograr comprender algunas de las cualidades de la mentalidad belgraniana.
Si sacamos cuentas, en esos momentos en los que él se encontraba en España,
cuando solo tenía 19 años (1789) dos eventos mundiales sacudieron sus
pensamientos. Uno había ocurrido algunos años antes con ayuda de Francia, la
Revolución de los Estados Unidos de América que introduce por primera vez en
más de dos mil años a la Democracia; y el otro que sería presenciado por Manuel
en primera persona: La Revolución Francesa. Sí, pocos son los que saben o
cuentan que el joven Belgrano pudo presenciar y experimentar por sí mismo esta
revolución que marcó un antes y un después en la historia mundial de occidente.
Fue testigo, por consiguiente, de la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Y como nos pasa a todos, las
cosas que vivimos y experimentamos nos marcan de una u otra manera.
Ya de vuelta en Buenos Aires, Manuel
sería puesto a cargo de la Cancillería del nuevo Virreinato (era la institución
que se ocupaba de controlar y velar por la producción local y los contratos de
comercio exterior). 1806 lo encontró ocupando ese puesto, año en el que Buenos
Aires sufrió la primera Invasión Inglesa. Al ser derrotados por la marina
anglosajona, todos los “vecinos” y funcionarios de la ciudad debieron jurar
lealtad al Rey de Inglaterra Jorge III… Manuel Belgrano fue el único que se
negó a hacerlo.
Buenos Aires fue reconquistada y
vuelta a ser atacada en 1807, pero defendida con todos los recursos que las
personas podían llegar a tener, incluso con agua hirviendo, dándole fin a las
ambiciones inglesas sobre Buenos Aires, pero dejando una marca imborrable en
los porteños: Podíamos defendernos y derrotar a una potencia extranjera, pero
además, podíamos decidir por nosotros mismos. Así se fundaron diferentes
batallones de milicias (muchas personas encontraban una salida ya que se
ofrecía salario y ser militar daba cierto prestigio),
*Herético: contrario al dogma de la Iglesia y
considerados como un camino hacia el pecado
cada
batallón eligió democráticamente a sus oficiales a la usanza de la Revolución
Francesa y allí Manuel, que había combatido contra los ingleses codo a codo con
los demás hombres, mujeres y hasta niños, fue elegido Capitán del Regimiento de
Patricios. Pronto demostró tener un carácter y disciplinas ejemplares que le
permitirían ser un gran militar aun sin haber hecho una carrera marcial.
Este hombre que había escrito sobre
Política Económica decía que a los obreros se les debía dar descanso y pagarles
bien, que un obrero feliz produce más. Que escribió que las mujeres debían
tener el mismo derecho que los hombres para trabajar e instruirse. Que había
escrito que el problema de Buenos Aires es que se compra por $2 y se vende a
$4, sin pensar que podrían vender más cantidad a un precio menor. No estaba al
margen de la política del virreinato cuando en 1810 llegó la noticia de que el
Rey de España estaba detenido y los pensamientos revolucionarios afloraron, fue
uno de los primeros en proponer la destitución del Virrey de ese momento,
Baltasar Cisneros. Pero en este punto
debemos tener cuidado pues las cosas se ponen algo diferentes a lo que a veces
solemos creer. Si bien Manuel Belgrano participó de la Revolución de Mayo
activamente y terminó siendo Vocal del primer gobierno patrio, era en la práctica
e ideológicamente Carlotino. Y si alguno se pregunta ¿qué era eso? La respuesta
es algo abrumadora. El Rey de Portugal se encontraba en Brasil con su mujer
Carlota Joaquina, quien era hermana del Rey Fernando VII, los carlotinos ceían
que faltando Fernando y estando Carlota tan cerca, era ella quien debía
gobernarnos en representación de la casa Borbón (quienes gobiernan España hasta
hoy y cuyos colores son el Celeste y blanco).
Luego de Mayo de 1810, dos
expediciones partieron de Buenos Aires para llamar a los Diputados del interior
y para hacer prevalecer la Revolución iniciada. Una pasaría por Córdoba con la
misión de fusilar a Santiago de Liniers y continuar hasta el Alto Perú (hoy
Bolivia) a cargo de Castelli y otra iría al norte, a Paraguay (era una
gobernación dependiente del Río de la Plata) al mando de Manuel Belgrano. Si
bien ninguna tuvo el éxito esperado, marcaron el rumbo próximo de una nación
joven y el temple de las personas que sabían que deberían luchar por su
libertad.
En este contexto, Belgrano tuvo una
participación muy activa, ganando el ascenso militar hasta ser General, además
del futuro reconocimiento de líderes como el propio General don José de San
Martín. Pero la persona de la que estamos hablando tuvo otros triunfos que desafortunadamente
por más de un siglo quedaron olvidados o trastocados. Los ejércitos patriotas y
realistas usaban uniformes muy parecidos ya que no se había diseñado un
uniforme para los rioplatenses, por lo que Manuel diseña la ESCARAPELA:
redonda, grande y visible, con líneas concéntricas celestes y blancas (exacto,
con los colores de la casa Borbón ya que al comienzo Belgrano luchaba contra
las tropas de José Bonaparte puesto como Rey de España pero sin legitimación).
La palabra escarapela viene de “escaramuza” y justamente tiene un sentido
militar, por eso los civiles usarían cintas con los mismos colores. Más tarde
una bandera con dos líneas verticales una celeste y otra blanca, sería el
embrión de la actual bandera nacional. Pero también creó otra bandera, una que
no se ve casi en ninguna escuela, en casi ninguna dependencia, solo en la
Cámara de Senadores si prestamos mucha atención, es una bandera blanca con un
escudo grande en el centro, un escudo parecido al nacional pero con algunos
cambios, es la Bandera Nacional de la Libertad de los Derechos Civiles. Fue
creada en Jujuy unos años después y por eso también es la bandera de esa
provincia. Posteriormente, Manuel cambiaría su parecer y dejaría la causa
carlotina para concentrarse en la liberación del yugo español y en la
independencia de esta parte del mundo.
Y teniendo por eje el conocer estas
cosas que por tanto tiempo no se hablaron sobre este personaje, hay que
destacar que fue un pionero en su mirada hacia la mujer. En un mundo machista
en el que la mujer ni siquiera tenía acceso a la educación formal ni ninguna
participación en la vida política o de mando, Belgrano pensaba que las mujeres
no solo debían estudiar, sino que debían ejercer el trabajo o profesión que
ellas quisieran y tuvieran capacidad, tal como lo podría hacer cualquier
hombre. Sorprendió pero no lo contradijo nadie cuando a la altoperuana Juana
Azurduy, luego de que los ejércitos realistas mataran a su marido en la guerra
de las republiquetas, la nombró Coronela del Ejército del Norte, dándole no
solo participación y mando sobre las tropas, sino una jerarquía oficial que le
permitiera ejercer el rango en todo momento. Pero no fue a la única mujer que
le concedió honores, más allá de tratar con igualdad y respeto a todas las mujeres,
negros, aborígenes y pardos que se encontraban con él o participaban de las
guerras independentistas (esas eran personas que por lo general se trataban
como inferiores e incluso como esclavos).
Hubo una mujer en particular con un
final tan drástico como tuvo el propio Belgrano, que se destacó aun más allá.
Una mujer negra que junto a sus hijas se dedicó a combatir, pero sobre todo a
curar a los soldados patriotas que caían heridos en combate arriesgando su
propia vida, es el caso de María Remedios del Valle. Nombrada y rubricado en
acta por el propio Manuel como Capitana del Ejercito del Norte, pero más
importante aún, MADRE DE LA PATRIA. Sí, así como lo están leyendo, ella fue la
Madre de la Patria, como también hablamos de San Martín como el Padre de la
Patria. María del Valle lamentablemente fue olvidada luego y con la muerte de
Belgrano en 1820 nadie la volvió a mencionar hasta que Viamonte la encontró a
fines de la década de 1820 mendigando monedas en la puerta de una Iglesia en
Buenos Aires y costó 2 años de deliberaciones darle reconocimiento del grado
militar y una pensión, muriendo solo un par de años después. Como si esto no
fuera suficientemente injusto, más adelante en nuestra historia, habiendo hecho
las paces con España, se creyó que no estaría bien visto que la Madre de la
Patria fuera una mujer negra, por lo que se la olvidó y se cambió por Madre
Patria a la propia España.
Como verán, la figura de este hombre
que tanto hizo por nosotros, que supo combatir con las armas, pero también con
la palabra, que fue íntegro al decir y también hacer lo que proponía. Quien
supo obedecer, pero también supo cuando no hacerlo por el bien mayor; quien
muriera en una pobreza absoluta muy enfermo a causa de las guerras
independentistas y quien fuera un visionario en asuntos sociales, de la mujer y
de género, hoy casi no lo conocemos, casi no hablamos de sus logros, no lo
vemos como un hombre sino como una estatua rígida emplazada frente a la Casa
Rosada. Manuel Belgrano fue, es y será, una de las figuras más influyentes y
destacadas de la Historia del Génesis Argentino.
Bandera
de la Libertad de los Derechos Civiles
Prof. Juan Esteban
Zanelli
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