PLAN DE CONTINUIDAD PEDAGOGICA- PRACTICAS DEL LENGUAJE
PROF. CECILIA PIERRI
CURSO 2A TM -
ALUMNO/A:
FECHA: 03/06/2020
CLASE 13
TEMA:Textos
narrativos . El Cuento Maravilloso.
LEE CON ATENCION
EL SIGUIENTE TEXTO
BARBA
AZUL – (cuento popular anónimo-versión de Charles Perrault)
Érase una vez un hombre que tenía
hermosas casas en la ciudad y en el campo, vajillas de oro y plata, muebles
forrados en finísimo brocado y carrozas todas doradas. Pero desgraciadamente,
este hombre tenía la barba azul; esto le daba un aspecto tan feo y terrible,
que todas las mujeres y las jóvenes le escapaban.
Una vecina suya, dama distinguida,
tenía dos hijas hermosísimas. Él le pidió la mano de una de ellas, dejando a su
elección cuál querría darle. Ninguna de las dos quería y se lo pasaban una a la
otra, pues no podían resignarse a tener un marido con la barba azul. Pero lo
que más les disgustaba era que ya se había casado varias veces y nadie sabia
qué había pasado con esas mujeres.
Barba Azul, para conocerlas, las
llevó con su madre y tres o cuatro de sus mejores amigas, y algunos jóvenes de
la comarca, a una de sus casas de campo, donde permanecieron ocho días
completos. El tiempo se les iba en paseos, cacerías, pesca, bailes, festines,
meriendas y cenas; nadie dormía y se pasaban la noche entre bromas y
diversiones. En fin, todo marchó tan bien que la menor de las jóvenes empezó a
encontrar que el dueño de casa ya no tenía la barba tan azul y que era un
hombre muy correcto.
Tan pronto hubieron llegado a la
ciudad, quedó arreglada la boda.
Al cabo de un mes, Barba Azul le
dijo a su mujer que tenía que viajar a provincia por seis semanas a lo menos,
debido a un negocio importante; le pidió que se divirtiera en su ausencia, que
hiciera venir a sus buenas amigas, que las llevara al campo si lo deseaban, que
se diera gusto.
-He aquí - le dijo - las llaves de
los dos guardamuebles, éstas son las de la vajilla de oro y plata que no se
ocupa todos los días, aquí están las de los estuches donde guardo mis
pedrerías, y ésta es la llave maestra de todos los aposentos. En cuanto a esta
llavecita, es la del gabinete al fondo de la galería de mi departamento: abre
todo, ve a todos lados, pero te prohíbo entrar a este pequeño gabinete, y lo prohíbo de tal manera que si llegas a
abrirlo, todo lo podrás esperar de mi cólera.
Ella prometió cumplir exactamente
con lo que se le acababa de ordenar; y él, luego de abrazarla, subió a su
carruaje y emprendió su viaje.
Las vecinas y las buenas amigas no
se hicieron de rogar para ir donde la recién casada; tan impacientes estaban
por ver todas las riquezas de su casa, no habiéndose atrevido a venir mientras
el marido estaba presente a causa de su barba azul que les daba miedo.
De inmediato se pusieron a
recorrer las habitaciones, los gabinetes, los armarios de trajes, con todos los vestidos más hermosos y más ricos.
Subieron en seguida a los guardamuebles, donde no se cansaban de admirar la
cantidad y magnificencia de las tapicerías, de las camas, de los sofás, de los
bargueños, de los veladores, de las mesas y de los espejos donde uno se miraba
de la cabeza a los pies, y cuyos marcos, unos de cristal, los otros de plata o
de plata recamada en oro, eran los más hermosos y magníficos que jamás se
vieran. No cesaban de alabar y envidiar la felicidad de su amiga quien, sin
embargo, no se divertía nada al ver tantas riquezas, debido a la impaciencia
que sentía por ir a abrir el gabinete del departamento de su marido.
Tan apremiante fue su curiosidad
que, sin considerar que dejarlas solas era una falta de cortesía, bajó por una
angosta escalera secreta y tan precipitadamente, que estuvo a punto de romperse
los huesos dos o tres veces. Al llegar a la puerta del gabinete, se detuvo
durante un rato, pensando en la prohibición que le había hecho su marido, y
temiendo que esta desobediencia pudiera acarrearle alguna desgracia. Pero la
tentación era tan grande que no pudo superarla: tomó, pues, la llavecita y
temblando abrió la puerta del gabinete.
Al principio no vio nada porque las ventanas estaban cerradas; al cabo de
un momento, empezó a ver que el piso se hallaba todo cubierto de sangre
coagulada, y que en esta sangre se reflejaban los cuerpos de varias mujeres
muertas y atadas a las murallas (eran todas las mujeres que habían sido las
esposas de Barba Azul y que él había degollado una tras otra).
Creyó que se iba a morir de miedo,
y la llave del gabinete que había sacado de la cerradura se le cayó de la mano.
Después de reponerse un poco, recogió la llave, volvió a salir y cerró la
puerta; subió a su habitación para recuperar un poco la calma; pero no lo
lograba, tan conmovida estaba.
Habiendo observado que la llave
del gabinete estaba manchada de sangre, la limpió dos o tres veces, pero la
sangre no se iba; por mucho que la lavara y aún la refregara con arenilla, la
sangre siempre estaba allí, porque la llave era mágica, y no había forma de
limpiarla del todo: si se le sacaba la mancha de un lado, aparecía en el otro.
Barba Azul regresó de su viaje esa
misma tarde diciendo que en el camino había recibido cartas informándole que el
asunto, motivo del viaje, acababa de finiquitarse a su favor. Su esposa hizo
todo lo que pudo para demostrarle que estaba encantada con su pronto regreso.
Al día siguiente, él le pidió que
le devolviera las llaves y ella se las dio, pero con una mano tan temblorosa
que él adivinó sin esfuerzo todo lo que había pasado.
-¿Y por qué- le dijo- la llave del
gabinete no está con las demás?
-Tengo que haberla dejado,-contestó
ella - allá arriba sobre mi mesa.
-No dejes de dármela muy pronto- dijo
Barba Azul.
Después de aplazar la entrega
varias veces, no hubo más remedio que traer la llave.
Habiéndola examinado, Barba Azul
dijo a su mujer:
-¿Por qué hay sangre en esta llave?
-No lo sé- respondió la pobre
mujer, pálida corno una muerta.
-No lo sabes-repuso Barba Azul
-pero yo sé muy bien ¡Has tratado de entrar al gabinete! Pues bien, señora,
entrarás y ocuparás tu lugar junto a las damas que allí has visto.
Ella se echó a los pies de su
marido, llorando y pidiéndole perdón, con todas las demostraciones de un
verdadero arrepentimiento por no haber sido obediente. Habría enternecido a una
roca, hermosa y afligida como estaba; pero Barba Azul tenía el corazón más duro
que una roca.
-¡Hay que morir, señora! -le dijo -
y de inmediato.
-Puesto que voy a morir- respondió
ella mirándolo con los ojos bañados de lágrimas- dame un poco de tiempo para
rezarle a Dios.
-Te doy medio cuarto de hora -replicó
Barba Azul, -y ni un momento más.
Cuando estuvo sola llamó a su
hermana y le dijo:
-Ana- (pues así se llamaba) -hermana
mía, te lo ruego, sube a lo alto de la torre, para ver si vienen mis hermanos,
prometieron venir hoy a verme, y si los ves, hazles señas para que se den
prisa.
La hermana Ana subió a lo alto de
la torre, y la pobre afligida le gritaba de tanto en tanto;
-Ana, hermana mía, ¿no ves venir a
nadie?
Y la hermana respondía:
-No veo más que el sol que
resplandece y la hierba que reverdece.
Mientras tanto Barba Azul, con un
enorme cuchillo en la mano, le gritaba con toda sus fuerzas a su mujer:
-Baja pronto o subiré hasta allá.
-Espera un momento más, por favor -
respondía su mujer; y a continuación exclamaba en voz baja: -Ana, hermana mía,
¿no ves venir a nadie?
Y la hermana Ana respondía:
-No veo más que el sol que
resplandece y la hierba que reverdece.
-¡Baja ya!- gritaba Barba Azul,- o
yo subiré.
-Voy en seguida - le respondía su
mujer; y luego suplicaba:- Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?
-Veo, respondió la hermana Ana,
una gran polvareda que viene de este lado.
-¿Son mis hermanos?
-
¡Ay, hermana, no! es un rebaño de ovejas.
-¿No piensas bajar?- gritaba Barba
Azul.
-¡Un momento más! - respondía su
mujer; y en seguida clamaba:- Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?
-Veo - respondió ella - a dos
jinetes que vienen hacia acá, pero están muy lejos todavía... ¡Alabado sea
Dios! - exclamó un instante después - son mis hermanos; les estoy haciendo
señas tanto como puedo para que se den prisa.
Barba Azul se puso a gritar tan
fuerte que toda la casa temblaba. La pobre mujer bajó y se arrojó a sus pies,
deshecha en lágrimas y enloquecida.
-Es inútil - dijo Barba Azul - ¡hay
que morir!
Luego, agarrándola del pelo con una
mano, y levantando la otra con el cuchillo se dispuso a cortarle la cabeza. La
infeliz mujer, volviéndose hacia él y mirándolo con ojos desfallecidos, le rogó
que le concediera un momento para levantarse.
-No, no - dijo él - encomiéndate a
Dios; y alzando su brazo...
En ese mismo instante golpearon
tan fuerte a la puerta que Barba Azul se detuvo bruscamente; al abrirse la
puerta entraron dos jinetes que, espada en mano, corrieron derecho hacia Barba
Azul.
Este reconoció a los hermanos de
su mujer, uno dragón y el otro mosquetero, de modo que huyó para guarecerse;
pero los dos hermanos lo persiguieron tan de cerca, que lo atraparon antes que
pudiera alcanzar a salir. Le atravesaron el cuerpo con sus espadas y lo dejaron
muerto. La pobre mujer estaba casi tan muerta como su marido, y no tenía
fuerzas para levantarse y abrazar a sus hermanos.
Ocurrió que Barba Azul no tenía
herederos, de modo que su esposa pasó a ser dueña de todos sus bienes. Empleó
una parte en casar a su hermana Ana con un joven gentilhombre que la amaba
desde hacía mucho tiempo; otra parte en comprar cargos de Capitán a sus dos
hermanos; y el resto a casarse ella misma con un hombre muy correcto que la
hizo olvidar los malos ratos pasados con Barba Azul.
MORALEJA
La curiosidad, teniendo sus encantos,
a menudo se paga con penas y con llantos;
a diario mil ejemplos se ven aparecer.
Es placer harto menguado;
no bien se experimenta cuando deja de ser;
y el precio que se paga es siempre exagerado.
a menudo se paga con penas y con llantos;
a diario mil ejemplos se ven aparecer.
Es placer harto menguado;
no bien se experimenta cuando deja de ser;
y el precio que se paga es siempre exagerado.
A)
Barba Azul: Guía de
lectura – Marcar con X la opción correcta
1)Barba Azul:
*Era un príncipe
*Era un rey
*Era un millonario
2) Tenía aspecto terrible y además:
*Era soltero
*Era viudo
*Se había casado muchas veces
3) Se casa con:
*La hermana menor de la vecina
*La vecina
*La hermana mayor
4)Cuando se va de viaje le prohíbe a su mujer:
*Entrar al
cuarto del fondo
*Salir del
castillo
*Hacer fiestas
con sus amigas
5)La mujer revisa el cuarto prohibido porque:
*La obligaron sus amigas
*Sentía mucha curiosidad por saber qué encontraría
*Se equivocó de habitación
6)Al abrir la puerta del cuarto la mujer encontró:
*Cuerpos de mujeres muertas
*Mesas y espejos
*Objetos de oro
7)Al regresar Barba Azul la esposa no le quiere dar la
llave porque:
*La perdió
*Están manchadas de sangre y no se pueden limpiar
*Se rompió.
8)Cuando Barba azul se entera que su esposa ya conoce
su secreto:
*La amenza con encerrarla para siempre
*La perdona
*Le dice que la va a matar
9)La mujer le pide tiempo para rezar, Barba azul le
dice:
*Que no.
*Que solo tiene siete minutos y medio.
*Que al día siguiente la matará.
10)La mujer llama a:
*Su madre
*Su hermana Ana
*Su padre.
11)Finalmente llegar los hermanos y:
*Matan a Barba Azul con una espada.
*Rescatan a la hermana y huyen del castillo
*No pueden salvar a la hermana, porque ya estaba
muerta.
12)Al final, La esposa de Barba Azul:
*Se arrepiente.
*Se suicida.
*Hereda la fortuna y se vuelva a casar.
B) Realiza un resumen breve del cuento Barba Azul,
armando oraciones encadenadas con cada respuestas obtenidas del punto anterior:
Ejemplo
Barba Azul era…. que tenía un apecto terrible y
además…….. Se casó con…..
No hay comentarios.:
Publicar un comentario