miércoles, 3 de junio de 2020

PRACTICAS DEL LENGUAJE 2A CLASE 13


PLAN DE CONTINUIDAD PEDAGOGICA- PRACTICAS DEL LENGUAJE
PROF. CECILIA PIERRI

CURSO 2A  TM   -

ALUMNO/A:

FECHA: 03/06/2020
CLASE 13

TEMA:Textos narrativos . El Cuento Maravilloso.
LEE CON ATENCION EL SIGUIENTE TEXTO
   BARBA AZUL – (cuento popular anónimo-versión de Charles Perrault)

   Érase una vez un hombre que tenía hermosas casas en la ciudad y en el campo, vajillas de oro y plata, muebles forrados en finísimo brocado y carrozas todas doradas. Pero desgraciadamente, este hombre tenía la barba azul; esto le daba un aspecto tan feo y terrible, que todas las mujeres y las jóvenes le escapaban.
   Una vecina suya, dama distinguida, tenía dos hijas hermosísimas. Él le pidió la mano de una de ellas, dejando a su elección cuál querría darle. Ninguna de las dos quería y se lo pasaban una a la otra, pues no podían resignarse a tener un marido con la barba azul. Pero lo que más les disgustaba era que ya se había casado varias veces y nadie sabia qué había pasado con esas mujeres.
   Barba Azul, para conocerlas, las llevó con su madre y tres o cuatro de sus mejores amigas, y algunos jóvenes de la comarca, a una de sus casas de campo, donde permanecieron ocho días completos. El tiempo se les iba en paseos, cacerías, pesca, bailes, festines, meriendas y cenas; nadie dormía y se pasaban la noche entre bromas y diversiones. En fin, todo marchó tan bien que la menor de las jóvenes empezó a encontrar que el dueño de casa ya no tenía la barba tan azul y que era un hombre muy correcto.
   Tan pronto hubieron llegado a la ciudad, quedó arreglada la boda.
   Al cabo de un mes, Barba Azul le dijo a su mujer que tenía que viajar a provincia por seis semanas a lo menos, debido a un negocio importante; le pidió que se divirtiera en su ausencia, que hiciera venir a sus buenas amigas, que las llevara al campo si lo deseaban, que se diera gusto.
   -He aquí - le dijo - las llaves de los dos guardamuebles, éstas son las de la vajilla de oro y plata que no se ocupa todos los días, aquí están las de los estuches donde guardo mis pedrerías, y ésta es la llave maestra de todos los aposentos. En cuanto a esta llavecita, es la del gabinete al fondo de la galería de mi departamento: abre todo, ve a todos lados, pero te prohíbo entrar a este pequeño gabinete, y  lo prohíbo de tal manera que si llegas a abrirlo, todo lo podrás esperar de mi cólera.
   Ella prometió cumplir exactamente con lo que se le acababa de ordenar; y él, luego de abrazarla, subió a su carruaje y emprendió su viaje.
   Las vecinas y las buenas amigas no se hicieron de rogar para ir donde la recién casada; tan impacientes estaban por ver todas las riquezas de su casa, no habiéndose atrevido a venir mientras el marido estaba presente a causa de su barba azul que les daba miedo.
   De inmediato se pusieron a recorrer las habitaciones, los gabinetes, los armarios de trajes, con  todos los vestidos más hermosos y más ricos. Subieron en seguida a los guardamuebles, donde no se cansaban de admirar la cantidad y magnificencia de las tapicerías, de las camas, de los sofás, de los bargueños, de los veladores, de las mesas y de los espejos donde uno se miraba de la cabeza a los pies, y cuyos marcos, unos de cristal, los otros de plata o de plata recamada en oro, eran los más hermosos y magníficos que jamás se vieran. No cesaban de alabar y envidiar la felicidad de su amiga quien, sin embargo, no se divertía nada al ver tantas riquezas, debido a la impaciencia que sentía por ir a abrir el gabinete del departamento de su marido.
   Tan apremiante fue su curiosidad que, sin considerar que dejarlas solas era una falta de cortesía, bajó por una angosta escalera secreta y tan precipitadamente, que estuvo a punto de romperse los huesos dos o tres veces. Al llegar a la puerta del gabinete, se detuvo durante un rato, pensando en la prohibición que le había hecho su marido, y temiendo que esta desobediencia pudiera acarrearle alguna desgracia. Pero la tentación era tan grande que no pudo superarla: tomó, pues, la llavecita y temblando abrió la puerta del gabinete.
Al principio no vio nada porque las ventanas estaban cerradas; al cabo de un momento, empezó a ver que el piso se hallaba todo cubierto de sangre coagulada, y que en esta sangre se reflejaban los cuerpos de varias mujeres muertas y atadas a las murallas (eran todas las mujeres que habían sido las esposas de Barba Azul y que él había degollado una tras otra).
   Creyó que se iba a morir de miedo, y la llave del gabinete que había sacado de la cerradura se le cayó de la mano. Después de reponerse un poco, recogió la llave, volvió a salir y cerró la puerta; subió a su habitación para recuperar un poco la calma; pero no lo lograba, tan conmovida estaba.
   Habiendo observado que la llave del gabinete estaba manchada de sangre, la limpió dos o tres veces, pero la sangre no se iba; por mucho que la lavara y aún la refregara con arenilla, la sangre siempre estaba allí, porque la llave era mágica, y no había forma de limpiarla del todo: si se le sacaba la mancha de un lado, aparecía en el otro.
   Barba Azul regresó de su viaje esa misma tarde diciendo que en el camino había recibido cartas informándole que el asunto, motivo del viaje, acababa de finiquitarse a su favor. Su esposa hizo todo lo que pudo para demostrarle que estaba encantada con su pronto regreso.
   Al día siguiente, él le pidió que le devolviera las llaves y ella se las dio, pero con una mano tan temblorosa que él adivinó sin esfuerzo todo lo que había pasado.
   -¿Y por qué- le dijo- la llave del gabinete no está con las demás?
   -Tengo que haberla dejado,-contestó ella - allá arriba sobre mi mesa.
   -No dejes de dármela muy pronto- dijo Barba Azul.
   Después de aplazar la entrega varias veces, no hubo más remedio que traer la llave.
   Habiéndola examinado, Barba Azul dijo a su mujer:
   -¿Por qué hay sangre en esta llave?
   -No lo sé- respondió la pobre mujer, pálida corno una muerta.
   -No lo sabes-repuso Barba Azul -pero yo sé muy bien ¡Has tratado de entrar al gabinete! Pues bien, señora, entrarás y ocuparás tu lugar junto a las damas que allí has visto.
   Ella se echó a los pies de su marido, llorando y pidiéndole perdón, con todas las demostraciones de un verdadero arrepentimiento por no haber sido obediente. Habría enternecido a una roca, hermosa y afligida como estaba; pero Barba Azul tenía el corazón más duro que una roca.
  -¡Hay que morir, señora! -le dijo - y de inmediato.
  -Puesto que voy a morir- respondió ella mirándolo con los ojos bañados de lágrimas- dame un poco de tiempo para rezarle a Dios.
  -Te doy medio cuarto de hora -replicó Barba Azul, -y ni un momento más.
    Cuando estuvo sola llamó a su hermana y le dijo:
  -Ana- (pues así se llamaba) -hermana mía, te lo ruego, sube a lo alto de la torre, para ver si vienen mis hermanos, prometieron venir hoy a verme, y si los ves, hazles señas para que se den prisa.
  La hermana Ana subió a lo alto de la torre, y la pobre afligida le gritaba de tanto en tanto;
 -Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?
  Y la hermana respondía:
  -No veo más que el sol que resplandece y la hierba que reverdece.
   Mientras tanto Barba Azul, con un enorme cuchillo en la mano, le gritaba con toda sus fuerzas a su mujer:
  -Baja pronto o subiré hasta allá.
  -Espera un momento más, por favor - respondía su mujer; y a continuación exclamaba en voz baja: -Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?
  Y la hermana Ana respondía:
  -No veo más que el sol que resplandece y la hierba que reverdece.
  -¡Baja ya!- gritaba Barba Azul,- o yo subiré.
  -Voy en seguida - le respondía su mujer; y luego suplicaba:- Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?
   -Veo, respondió la hermana Ana, una gran polvareda que viene de este lado.
   -¿Son mis hermanos?
  -  ¡Ay, hermana, no! es un rebaño de ovejas.
  -¿No piensas bajar?- gritaba Barba Azul.
  -¡Un momento más! - respondía su mujer; y en seguida clamaba:- Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?
   -Veo - respondió ella - a dos jinetes que vienen hacia acá, pero están muy lejos todavía... ¡Alabado sea Dios! - exclamó un instante después - son mis hermanos; les estoy haciendo señas tanto como puedo para que se den prisa.
   Barba Azul se puso a gritar tan fuerte que toda la casa temblaba. La pobre mujer bajó y se arrojó a sus pies, deshecha en lágrimas y enloquecida.
  -Es inútil - dijo Barba Azul - ¡hay que morir!
  Luego, agarrándola del pelo con una mano, y levantando la otra con el cuchillo se dispuso a cortarle la cabeza. La infeliz mujer, volviéndose hacia él y mirándolo con ojos desfallecidos, le rogó que le concediera un momento para levantarse.
  -No, no - dijo él - encomiéndate a Dios; y alzando su brazo...
   En ese mismo instante golpearon tan fuerte a la puerta que Barba Azul se detuvo bruscamente; al abrirse la puerta entraron dos jinetes que, espada en mano, corrieron derecho hacia Barba Azul.
   Este reconoció a los hermanos de su mujer, uno dragón y el otro mosquetero, de modo que huyó para guarecerse; pero los dos hermanos lo persiguieron tan de cerca, que lo atraparon antes que pudiera alcanzar a salir. Le atravesaron el cuerpo con sus espadas y lo dejaron muerto. La pobre mujer estaba casi tan muerta como su marido, y no tenía fuerzas para levantarse y abrazar a sus hermanos.
  
  Ocurrió que Barba Azul no tenía herederos, de modo que su esposa pasó a ser dueña de todos sus bienes. Empleó una parte en casar a su hermana Ana con un joven gentilhombre que la amaba desde hacía mucho tiempo; otra parte en comprar cargos de Capitán a sus dos hermanos; y el resto a casarse ella misma con un hombre muy correcto que la hizo olvidar los malos ratos pasados con Barba Azul.

MORALEJA
La curiosidad, teniendo sus encantos,
a menudo se paga con penas y con llantos;
a diario mil ejemplos se ven aparecer.
Es placer harto menguado;
no bien se experimenta cuando deja de ser;
y el precio que se paga es siempre exagerado.

A)   Barba Azul: Guía de lectura – Marcar con X la opción correcta

1)Barba Azul:
*Era un príncipe
*Era un rey
*Era un millonario

2) Tenía aspecto terrible y además:
*Era soltero
*Era viudo
*Se había casado muchas veces

3) Se casa con:
*La hermana menor de la vecina 
*La vecina
*La hermana mayor

4)Cuando se va de viaje le prohíbe a su mujer:
 *Entrar al cuarto del fondo
 *Salir del castillo
 *Hacer fiestas con sus amigas

5)La mujer revisa el cuarto prohibido porque:
*La obligaron sus amigas
*Sentía mucha curiosidad por saber qué encontraría
*Se equivocó de habitación

6)Al abrir la puerta del cuarto la mujer encontró:
*Cuerpos de mujeres muertas
*Mesas y espejos
*Objetos de oro

7)Al regresar Barba Azul la esposa no le quiere dar la llave porque:
*La perdió
*Están manchadas de sangre y no se pueden limpiar
*Se rompió.

8)Cuando Barba azul se entera que su esposa ya conoce su secreto:
*La amenza con encerrarla para siempre
*La perdona
*Le dice que la va a matar

9)La mujer le pide tiempo para rezar, Barba azul le dice:
*Que no.
*Que solo tiene siete minutos y medio.
*Que al día siguiente la matará.

10)La mujer llama a:
*Su madre
*Su hermana Ana
*Su padre.

11)Finalmente llegar los hermanos y:
*Matan a Barba Azul con una espada.
*Rescatan a la hermana y huyen del castillo
*No pueden salvar a la hermana, porque ya estaba muerta.

12)Al final, La esposa de Barba Azul:
*Se arrepiente.
*Se suicida.
*Hereda la fortuna y se vuelva a casar.




B) Realiza un resumen breve del cuento Barba Azul, armando oraciones encadenadas con cada respuestas obtenidas del punto anterior:
Ejemplo
Barba Azul era…. que tenía un apecto terrible y además…….. Se casó con…..








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