Sistema
binario: unos y ceros a través de la historia
Corría
el año 1703 cuando el famoso matemático Gottfried
Leibniz, archienemigo
de Newton, propuso
la utilización del sistema de
numeración binario para realizar cálculos de forma sencilla y
eficiente. No le hicieron
mucho caso. Nuestros antepasados siguieron empleando el sistema
decimal por la razón más simple: los humanos tenemos diez dedos en
las manos. Nos resulta más sencillo contar así, de diez en diez.
Los
ordenadores, no obstante, son más racionales: ni suman y restan con
los dedos ni usan el sistema decimal. Ellos hablan el lenguaje
de los unos y los ceros que
Leibniz documentó, pero que para nada se sacó de la manga. Se usaba
desde hacía milenios (¡milenios!) en
culturas incluso primitivas.
Y no hace falta irse tan lejos: lenguajes
como el braille o el morse también son códigos binarios.
La pregunta del millón es la siguiente: ¿cómo ha llegado a la
informática?
Se trata de una historia
fascinante con, al menos, otros dos protagonistas: George
Boole y Claude Shannon.
Ellos, siguiendo los pasos de Leibniz, son los responsables
de que los unos y ceros estén hoy por todas partes,
desde el ordenador en el que se han escrito estas líneas hasta el
móvil en el que posiblemente las estás leyendo.
Hay que echarle lógica
A
mediados del S.XIX, el matemático inglés George
Boole se propuso usar las técnicas del álgebra (sumas, restas,
multiplicaciones…) para resolver problemas de lógica
proposicional. Esta ciencia,
como probablemente sabes, estudia los procesos que sigue nuestra
mente para sacar conclusiones a partir de unas premisas. Sobre todo,
procura averiguar si esos procesos son válidos o no, para determinar
si las conclusiones que hemos establecido son verdaderas (se
representan con un 1) o falsas (se representan con un 0).
Parece
complicado, pero se entiende mejor con un ejemplo. Primera
proposición: “Para que pase la corriente eléctrica, los dos
interruptores tienen que estar encendidos” (verdadera). Segunda
proposición: “El interruptor B no está encendido” (verdadera).
Conclusión cierta: “la corriente eléctrica no pasa”. ¿Lo
pillas?
Los
ejemplos de Boole, sin embargo, no eran tan eléctrica. No fue él
quien aplicó la lógica teñida de matemáticas –llamada booleana
en su honor– a los circuitos. Eso tuvo que esperar hasta que a
Claude Shannon se le encendió la bombilla en la primera mitad del
S.XX.
El primo de Edison
Claude
Shannon no fue un chaval cualquiera. Su héroe de la infancia era
Thomas Alba Edison, con quien, como descubriría más tarde, le unía
un vínculo de parentesco. Eran primos lejanos. El pequeño Claude
era un apasionado de los cacharritos y las cosas eléctricas, el
mejor de su escuela en las asignaturas de ciencia y matemáticas. Sin
salir de casa, construyó modelos de aviones, un prototipo de barco
controlado por radiofrecuencia y un telégrafo inalámbrico para
comunicarse con un amigo que vivía a poco menos de un kilómetro.
Tras
graduarse en ingeniería eléctrica por la Universidad de Michigan,
Shannon cursó sus estudios de postgrado en el prestigioso MIT,
trabajando junto a Vannevar Bush en su “analizador
diferencial”, uno de los más célebres ordenadores analógicos.
Estudiando sus complejos circuitos, se dio cuenta de que las ideas de
George Boole eran la clave para simplificar radicalmente el proceso.
Lo dicho: el sistema decimal es
poco práctico aunque los humanos nos empeñemos en seguir contando
con los dedos.
No
quiere esto decir que el binario llegara a la informática gracias a
Shannon. Ya se estaba utilizando, por ejemplo, en las tarjetas
perforadas. Aquello existía desde Charles
Babagge y Ada
Lovelace, pioneros
del siglo anterior. La famosa
máquina de Turing también trabajaba con unos y ceros.
Lo que a nadie se le había ocurrido hasta el momento era aplicar el
álgebra de Boole.
Shannon
tendió el puente entre la lógica y la electrónica.
Para entendernos, puso el ejemplo de los interruptores que a Boole no
se le había ocurrido. Su epifanía permitió dar el salto de lo
analógico a lo digital y está en la base de todos los cachivaches
electrónicos que usamos hoy en día.
Los ‘padres’ de la era digital
En
1937, el joven Claude Shannon publica su tesis y desata una auténtica
revolución. Explica cómo usar
interruptores eléctricos –con dos posiciones, apagado (0) y
encendido (1)– para resolver operaciones aritmético-lógicas
complejas empleando el álgebra de Boole.
Y eso fue sólo el comienzo de su contribución al boom
de la informática. Salvando
las distancias, podríamos decir que Shannon fue el Alan Turing de
los Estados Unidos.
De
hecho, él también fue un eminente criptógrafo al servicio de su
nación durante la Segunda Guerra Mundial. Shannon pasó quince años
en los míticos Laboratorios Bell, fraguando una asociación
increíblemente fructífera con matemáticos y científicos de
primera línea como los inventores del antecedente del chip, el
transistor (entre ellos William Shockley), o George Stibitz, el
hombre que desarrolló algunos de los primeros ordenadores basados en
relés. Lo que estos genios estaban inventando era la parte física,
los interruptores y demás parafernalia necesaria para poner en
práctica las ideas de Shannon.
A
principios de 1943 tuvo la oportunidad de codearse con el propio
Turing, que pasó un par de meses en Washington colaborando con los
criptógrafos norteamericanos para romper el cifrado de los
temidos submarinos nazis.
Turing y Shannon se reunían a la hora del té, en la cafetería de
los Laboratorios Bell. Un día,
el británico le enseñó la documentación de su “máquina
universal” y Shannon quedó maravillado.
Sus trabajos eran
complementarios, casaban a la
perfección. Se estaban sentando a la mesa dos
‘padres’ de la era digital.
Ambos
morirían, no obstante, sin saberlo. El británico se suicidó en
1954, tras ser sometido a una castración química por ser
homosexual. El estadounidense se iría a la tumba en 2001, rodeado de
maravillas fruto de su ingenio pero incapaz de recordar que la
revolución digital había sido cosa suya. Claude Shannon pasó los
últimos años de su vida en una residencia de ancianos de
Massachusetts, enfermo de Alzheimer.
Su
esposa grabó la ironía en su epitafio, para la posteridad: “We
would have been bemused” (“A él le hubiera fascinado”)
Algebra
de boole
Álgebra
de Boole también llamada
álgebra booleana,
en informática
y matemática
es una estructura
algebraica que
esquematiza
las operaciones
lógicas Y, O, NO y
SI (AND, OR, NOT, IF), así como el conjunto de operaciones unión,
intersección
y complemento.
DE DECIMAL A BINARIO
El sistema binario de
numeración solamente utiliza dos símbolos: 0 y 1. De ahí su
nombre. El sistema decimal, que nos resulta más familiar, se basa en
los números que van del 0 al 9. En el sistema binario, las diez
unidades del sistema decimal se expresan como sigue:
Binario
|
Decimal
|
0
|
0
|
1
|
1
|
10
|
2
|
11
|
3
|
100
|
4
|
101
|
5
|
110
|
6
|
111
|
7
|
1000
|
8
|
1001
|
9
|
1010
|
10
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Cuestionario:
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1
¿Qué aporto Claude
Shannon para la era digital?
2
¿ En que consiste el código binario?
3
¿Qué realizo George
Boole?
4
Resume la historia
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Hola, no termino de entender. para que grado es?
ResponderBorrares para cuarto año división primera osea 4 ´1
Borrares para cuarto año división primera osea 4 ´1
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