Profesora: Laura Sarranz
Curso: 4to 1ra. Turno Mañana
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Chicos/as buenas tardes!!! ¿Cómo están?
Les cuento que en mi materia nos vamos a comunicar por Classroom o por vía mail. También dejé una copia de las actividades en el colegio.
Les paso los datos:
Código para ingresar a Classroom: vd7tvoj
Mail: prof.laurasarranz@gmail.com
La idea es que en este período que no podemos concurrir a clases estemos comunicados y podamos aprovechar para ver algunos contenidos de diagnóstico.
Les dejo la primera actividad. Por favor, únanse a classroom ya que desde ahí vamos a poder evacuar dudas de manera más dinámica,
Cualquier consulta a disposición.
La Profe
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DIAGNÓSTICO
TRABAJO PRÁCTICO Nº1
Mediante
las siguientes actividades se profundizarán los conocimientos acerca de los
puntos de vista en una narración; la construcción de los personajes (en
particular, del héroe); la diferencia entre historia y relato, y
entre textos literarios y no literarios. Se analizarán también las
características de dos tipos de textos narrativos: el cuento y
el mito.
Actividades:
Realzar una
lectura comprensiva del cuento “La casa de Asterión” de Jorge Luis Borges,
luego responde (ESTA AL FINAL DE LA PUBLICACIÓN)
1) ¿Quiénes
son los personajes de la historia? ¿Dónde se encuentran? ¿Cómo es ese lugar?
¿En qué tiempo transcurre la historia?
2) ¿Quién
resulta ser Asterión? Teniendo en cuenta sus palabras: “¿Cómo será mi
redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con
cara de hombre? ¿O será como yo?”, ¿cómo es físicamente el protagonista?
3) ¿Cómo es
la casa de Asterión? En este punto, si tienen acceso a Internet, pueden buscar
imágenes de distintos laberintos.
4) ¿Qué es
un “redentor”? ¿Por qué el protagonista lo espera? ¿Quién es? ¿Cómo se
relaciona esto con el final del cuento?
5) ¿Cuántos
narradores hay en el texto? ¿Cómo los reconocieron? ¿Desde qué punto de vista
narra cada uno? (Es decir, informar narrador, tipo de narrador y en qué momento
se produce el cambio)
6) ¿Por qué
Teseo habla del Minotauro y no lo llama “Asterión”?
7) Leer el
artículo sobre el
Minotauro del “Diccionario de mitología griega y romana”, de Pierre Grimal y
contestar:
“Minotauro”, de Pierre
Grimal
MINOTAURO. Se da el nombre de Minotauro a un
monstruo que tenía cabeza de toro y cuerpo de hombre. En realidad, se llamaba
Asterio, o Asterión, y era hijo de Pasífae, esposa de Minos, y de un toro
enviado por el propio Posidón a este. Minos, asustado y avergonzado al nacer
este monstruo, fruto de los amores contranatura de Pasífae, mandó construir al
artista ateniense Dédalo, que entonces vivía en su corte, un inmenso palacio
(el Laberinto), formado por un embrollo tal de salas y corredores que nadie,
excepto Dédalo, era capaz de encontrar la salida. Allí encerró al monstruo, y
cada año –otros dicen que cada tres años, o incluso cada nueve– le daba en
pasto a los siete jóvenes y otras tantas doncellas que, como tributo, le pagaba
la ciudad de Atenas. Teseo se integró voluntariamente en el número de estos
jóvenes y, gracias a la ayuda de Ariadna, consiguió no sólo inmolar al animal,
sino hallar el camino de salida del palacio.Esta leyenda conserva el recuerdo
de la civilización minoica, que parece haber tenido un culto del toro y
palacios inmensos como los encontrados en Cnosos y otras partes por las
excavaciones de Evans. El Laberinto es, efectivamente, el “palacio de la doble
hacha”, símbolo que aparece repetidamente en los monumentos minoicos y que
quizá tenga una significación solar.
GRIMAL, Pierre. Diccionario de mitología
griega y romana. Buenos Aires, Paidós, 1997.
a) ¿Qué
información en común brindan los dos textos leídos?
b) ¿Qué
información aporta el texto de Pierre Grimal para comprender mejor el cuento de
Borges? (Tener en cuenta el título y el epígrafe.)
9) ¿Qué
sucede cuando el Minotauro decide salir al exterior? ¿Cómo reacciona Asterión?
10) En un
momento del relato Asterión dice: “Cada nueve años entran en la casa nueve
hombres para que yo los libere de todo mal”. ¿A qué se refiere con estas
palabras? ¿Qué concepción sobre la vida y la muerte posee Asterión?
11) ¿Por
qué espera con ansia la llegada de su “redentor” (libertador) y quién es el que
cumple este rol? ¿Qué actitud toma Asterión ante Teseo?
12) En este
cuento existe una relación intertextual con un mito griego: ¿cuál es ese mito?
Explicarlo.
Recordemos: La intertextualidad es la
relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos (orales o
escritos), ya sean contemporáneos o anteriores. Reflexionemos sobre el carácter
dialógico que tiene todo discurso: los discursos, textos y géneros literarios
dialogan entre sí y todo emisor ha sido antes receptor de otros muchos textos
que tiene en su memoria en el momento de producir el suyo, de modo que este
último se funda en otros textos anteriores con los cuales se conecta. Con
ellos, establece un diálogo, por lo que en un discurso no se deja oír
únicamente la voz del emisor, sino que convive una pluralidad de voces
superpuestas que entablan un diálogo entre sí, de tal forma que los enunciados
dependen unos de otros.
13) Buscar y leer la biografía de
Jorge Luis Borges y completar, la siguiente ficha biográfica:
Nombre y apellido:
Nacionalidad:
Fecha de nacimiento / muerte:
Obras más importantes que escribió:
14) Redactar un texto en
primera persona en el que, al igual que ocurre en “La casa de Asterión”, el
protagonista sea un monstruo que vaya revelando paulatinamente su identidad. No
hace falta utilizar un personaje mitológico real, sino que se debe crear su
propio monstruo. El texto deberá dar cuenta de:
* el aspecto del monstruo,
* las costumbres del animal,
* el modo en que el monstruo interactúa con su ambiente,
* la existencia de ceremonias habituales entre los
hombres y el monstruo (como los sacrificios
humanos en el laberinto),
* el sitio en el que el monstruo habita (conviene
utilizar un sitio familiar para los alumnos así las referencias resultarán
reconocibles).
Luego de
trabajar el relato, crear una imagen de su propio monstruo utilizando
ilustraciones originales o imágenes digitales (también puedes dibujar).
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La casa de Asterión, Jorge Luis Borges
Sé que
me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales
acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que
no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es
infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales.
Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato
de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa
como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que declaran que en
Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un
solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy
un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que ho hay una
cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la
noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe,
caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el
sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey
dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se
encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras.
Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madra; no
puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es
que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros hombres;
como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura.
Loas enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está
capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y
otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprndiera a leer. A
veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.
Claro que no
me faltan distacciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las
galerías de piedra hasta rodar al suel, mareado. Me agazapo a la sombra de un
aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde
las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a
estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me
duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los
ojos.) Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que
viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le
digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco
y nos reímos buenamente los dos.
No sólo he
imaginado eso juegos, también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la
casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un
patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres,
abrevaderos, patios, aljibes, la casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es
el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas
galerías de piedra gris, he alcanzado la calle y he visto el templo de las
Hachas y el mar. Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló
que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está
muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar
una sola vez: arriba, el intrincado sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado
las estrellas y el sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve
años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo
sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a
buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me
ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a
distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de
ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor,
Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin
se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara los rumores del mundo, yo
percibiría sus pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos
puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será
tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?
El sol de la
mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de
sangre.
-¿Lo creerás, Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.
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